Ciudad
Año
Promotor
Arquitectos
Javier Hidalgo Mora
Fotografía
Milena Villalba
Áreas
En el límite este del municipio de Rocafort, junto a la Real Acequia de Moncada, el Parque Ramón Fontestad se asoma a la huerta como un balcón en diálogo permanente con el paisaje.
El proyecto se inspira en el pasado picapedrero de Rocafort y Godella, cuyas canteras suministraron piedra para parte del patrimonio edificado de València. Este legado se reinterpreta mediante una topografía suave y articulada que configura recorridos, miradores y zonas de estancia.
El parque se estructura a través de una red de senderos jerarquizados que conectan las distintas áreas de uso. La vegetación -pensada como un bosque mediterráneo- cohesiona el conjunto. Se combinan especies autóctonas como pinos, encinas y aromáticas, con otras que aportan color y singularidad, como jacarandas o ginkgos. En la zona próxima a la acequia, se incorporan especies de ribera: fresnos, almeces, tamarix o baladres.
Una pérgola ligera de acero galvanizado, cubierta por buganvillas, aporta sombra en uno de los recorridos principales. Esta pieza evoca el jardín de Villa Amparo, residencia de Antonio Machado en Rocafort durante la Guerra Civil.
En una de las elevaciones, el anfiteatro se despliega como una cantera abierta hacia la huerta. Espacio escénico y lugar de encuentro, ofrece vistas privilegiadas sobre el paisaje agrícola, subrayando el carácter cultural y contemplativo del parque.
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Ciudad
Año
Fotografía
Milena Villalba
Servicio
Milena Villalba
En el límite este del municipio de Rocafort, junto a la Real Acequia de Moncada, el Parque Ramón Fontestad se asoma a la huerta como un balcón en diálogo permanente con el paisaje.
El proyecto se inspira en el pasado picapedrero de Rocafort y Godella, cuyas canteras suministraron piedra para parte del patrimonio edificado de València. Este legado se reinterpreta mediante una topografía suave y articulada que configura recorridos, miradores y zonas de estancia.
El parque se estructura a través de una red de senderos jerarquizados que conectan las distintas áreas de uso. La vegetación -pensada como un bosque mediterráneo- cohesiona el conjunto. Se combinan especies autóctonas como pinos, encinas y aromáticas, con otras que aportan color y singularidad, como jacarandas o ginkgos. En la zona próxima a la acequia, se incorporan especies de ribera: fresnos, almeces, tamarix o baladres.
Una pérgola ligera de acero galvanizado, cubierta por buganvillas, aporta sombra en uno de los recorridos principales. Esta pieza evoca el jardín de Villa Amparo, residencia de Antonio Machado en Rocafort durante la Guerra Civil.
En una de las elevaciones, el anfiteatro se despliega como una cantera abierta hacia la huerta. Espacio escénico y lugar de encuentro, ofrece vistas privilegiadas sobre el paisaje agrícola, subrayando el carácter cultural y contemplativo del parque.